Más de 300 niños del campo de refugiados de Essian estaban encantados de tomar posesión del nuevo centro infantil. «Empezamos hace más de cinco años con sólo 60 niños», informa el director Helin, «y desde entonces el grupo ha crecido hasta 200 niños».
El año pasado ya informamos de que el espacio se estaba agotando y que era necesaria una ampliación de las instalaciones. La ampliación ya está terminada. El Centro Hevi (esperanza en kurdo) cuenta con dos aulas nuevas, un patio de recreo pavimentado y un campo de fútbol cubierto. Tras la reapertura, el número de niños volvió a aumentar: 330 niñas y niños acuden ahora al centro infantil.
Allí pueden seguir participando en diversos programas: Arte, deporte, manualidades, clases de inglés y árabe. Además de las actividades deportivas, creativas y académicas, se concede gran importancia al bienestar de los niños. Estas incluyen comidas regulares, lecciones de atención plena y lecciones para comprender y afrontar los sentimientos y pensamientos inducidos por el trauma.
La mayoría de los niños nacieron en el campo y no conocen otra vida fuera de él. El centro infantil, con sus nuevas instalaciones, seguirá siendo un oasis de esperanza.
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