Decenas de miles de yazidíes fueron desplazados por el Estado Islámico en 2014, miles peor. Los refugiados aún no pueden regresar a su patria ancestral de Shingal (Sinjar), sigue siendo demasiado peligroso allí y apenas hay oportunidades para construir una nueva existencia.

No todos estos yazidíes desplazados viven en campos de refugiados oficiales. Muchas familias se han instalado en algún lugar, en tiendas de campaña, remolques residenciales desechados, en casetas o en los pisos de alquiler más sencillos, … Como no están registrados como refugiados en los campos, tampoco reciben ayuda de las organizaciones de refugiados de la ONU. Llevamos ocho años apoyando a muchas de estas familias.

Básicamente, no tenemos intención de proporcionar a las familias los alimentos necesarios durante muchos años. Más bien queremos apoyarles para que se independicen de nosotros y lleguen a ser autosuficientes. Ahora lo estamos probando con un nuevo proyecto:

Hace unas semanas, cinco familias yazidíes recibieron 20 pavos jóvenes cada una. Están alimentados, bien cuidados y se venderán con beneficio a finales de otoño. Los beneficios se reinvierten: La próxima primavera se comprarán nuevos pavos jóvenes. Para comprar los animales, las familias han recibido un préstamo que deben devolver en tres años. Si todo va según lo previsto, las familias habrán generado dinero suficiente para continuar el programa por su cuenta.

Tenemos curiosidad por ver si funciona.

 

 

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